el Pilar del TORO | paseos por Granada

Cuentan las Crónicas del Reino de Granada que, entre la calle Elvira y la de la Cárcel, a la que ahora dicen Cárcel Baja, había una placeta donde solían levantarse altares, organizar procesiones e, incluso, recibir marchas fúnebres de ciudadanos ilustres. En aquel lugar, y con la mejor piedra, levantó un pilar el mayor arquitecto de Granada. La piedra era de Sierra Elvira. El arquitecto fue Diego de Siloé y el pilar es el Pilar del Toro.

Este domingo el Pilar amanece cubierto, y caen algunas gotas. Estoy en Plaza Nueva, junto a muchos otros lugares de los que te tengo que hablar. Aquí, junto al pilar, está la Iglesia de San Gil y Santa Ana, también obra de nuestro Diego. Aquí empieza el Paseo de los Tristes y se levanta, aquí también, la Real Chancillería de los Reyes Católicos. ¡Cuántas cosas! Cada paseo estos domingos me abren muchas más puertas de las que cierro. A estas horas de la mañana sólo escuchó el ruido del agua de los caños de la fuente. Me mira fijamente el toro de piedra, que debió dar de beber a muchos animales de carga. Y qué curioso que también se le llamase Pilar de los Almireceros,
que, precisamente, son un tipo de bueyes. A los lados lo escoltan dos jóvenes cargados con su botijo, y, entre todos, derraman el agua de la ciudad sin que nadie se percate. Diego de Siloé le estuvo dando forma en el siglo XVI y dicen que fue su última obra. La coronó con el escudo de la ciudad. Sobre él, una peana con frutos anda medio huérfana, y es que todo pilar se levanta para sostener algo. En este caso ofrecía soporte a una Virgen del Pilar. Ahí, en lo más alto, pero quién sabe qué pasó con ella. Justo detrás está una casa granate. Es la casa que vio nacer a don Antonio Gallego Burín, que tiene una de las mejores guías de Granada y que fue su alcalde cuando se levantó el embovedado de Puerta Real. El sol ya ha salido, pero hoy no podré enseñártelo. Puedes suscribirte para que lo volvamos a intentar el domingo que viene, pero, si has estado atento, empecé hablando de la calle Elvira y, sin embargo, no me he movido de Plaza Nueva… Y es que, en 1941, se trajeron el pilar hasta aquí, donde ahora puedes verlo. Por mi parte ya va siendo hora de que me marche a desayunar. Mientras, puedes descubrir otros secretos de mi ciudad aquí mismo. Nos vemos otro domingo cualquiera

[Música]

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