7ª 💌 El Otro | Cartas de AMOR leídas para una Chica Ciega

Querida Alicia: Volver a escribir la vida. Ya te dije lo que pensaba sobre los recuerdos. El verano, sin embargo no es generoso con las ideas, el calor también les afecta y las hace menos firmes, vaporosas, así que dudo si lo que te dije estuvo bien. Y cuando dudo escribo. A veces a cosas menos concretas, como los demás, como yo mismo; otras veces, las decisivas, a ti que eres lo más concreto que conozco. Voy a explicártelo: el día que empezamos te pedí un primer beso. Dijiste que sí, claro, ¡qué ibas a decir! Pero ¿cómo es un beso? No te avisé para que fueras ensayando los años de antes. Era un maleducado. Y yo, que siempre quiero ser el segundo, me sentía acorralado por una sonrisa hermética, dispuesta a un beso que no terminabas de saber soltar. Fue un beso no correspondido. Sí por dentro, lo sé; pero no en los labios. ¡Y qué vergüenza! ¡Y cuánta gente! ¡Y qué sonreír más después de aquello! Hoy ya no creo que la memoria sea reescritura. Demasiado trabajo. Es más bien una mirada hacia las elecciones de otro. Cuando recuerdo aquello, sólo puedo ver lo que eligió un Julián distinto, tan valiente que decidió pedirte un beso cuando no habías dado ninguno, y que al final te lo quitó sin más. Ahora él ya no está, estoy yo, que sí te beso, pero te beso ahora, que ya has besado tanto, a tantos labios míos. Te beso ahora que parece tan fácil, y miro a ese otro, que no está este verano
en el salón. Sigo mirando las decisiones de otro, hoy. Y no sé si quiero que vuelva, porque me dejaría sin trabajo. Hasta el 22. Tú Julián.

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