La Plaza BIBRAMBLA | paseos por Granada

Cuentan las Crónicas del Reino de Granada que, junto a la muralla musulmana, en una explanada del arenal del río Darro, tuvieron lugar muchas justas y festejos entre los árabes. Así que cuando hicieron allí una puerta para la muralla, la bautizaron como «Puerta del Arenal», es decir, Bibarrambla. La explanada que quedó a su lado tomó su nombre, y por eso ahora la conocemos como plaza de Bib-Rambla.

Este domingo la plaza amanece medio despejada, se acerca la primavera y todas las cafeterías que me rodean esperan a sus dueños todavía.

Ésta ha sido, sin duda, la plaza más importante de la ciudad. Corren muchas leyendas sobre lo que aquí pasó en tiempos musulmanes. Aquí mismo tenían ellos la carnicería y la pescadería de la ciudad. De hecho, cuando Granada fue reconquistada, los Reyes Católicos la cedieron a la ciudad como lugar -y cito textualmente- «para pasear y negociar». Así que, unos años después, su hija Juana mandó comprar las casas que la rodeaban para derribarlas y ensanchar la plaza.

Durante estos primeros años, los cristianos dieron uso preferente al lugar y aquí fue a parar su carnicería y su pescadería nuevas. Y, claro, si había que comer, al lado quedaba la calle de los Mesones, pasando bajo el Arco de las Cucharas, lugar donde las familias pobres se hacían con sus cucharas de madera. Aquí, en la misma plaza, instalaron la aduana de telas y especias, a la entrada de la Alcaicería.

Hay muchas cosas que estuvieron aquí que ya no puedes ver. Toda la parte norte eran unos soportales, y estaba el Hospital y la Iglesia de San Sebastián. También, desde el siglo XVI, estuvo aquí la Casa de los Miradores, que mandó hacer el Ayuntamiento para ver desde allí los festejos de la plaza. Hace unos 150 años se hicieron la mayoría de cambios actuales: se quitaron los soportales, se derribaron la iglesia y el hospital, se trasladaron la carnicería y la pescadería, y un incendio acabó con la Casa de los Miradores y su fachada de Sierra Elvira.

Ahora quiero que te fijes en dos cosas.
Primero, en la fuente y,
segundo, en este enlace a mi canal. 😏

En tiempos de Isabel y Fernando había una fuente parecida, con un león de piedra sujetando las armas de Granada. Luego la fuente fue sustituida por un pequeño jardín, y después, en 1910, pusieron en su lugar a nuestro Fray Luis de Granada. Finalmente, en 1940, se llevaron a Fray Luís a la plaza de Santo Domingo, donde vive ahora. Y del Paseo de la Bomba se trajeron esta fuente del siglo XVII, la Fuente de los Gigantones, que venía, a su vez, del convento de San Agustín, del que ya nada queda salvo la plaza con su nombre. Para variar, los gigantones y el Neptuno de mármol de lo alto son de piedra de Sierra Elvira.

El sol ya ha salido y, con él, vuelve la vida. Van abriendo los comercios, las cafeterías y llegan los turistas. Si pasas por aquí en las fiestas del Corpus, podrás leer las famosas «cariocas» y sonreírte un poco.

Por mi parte ya va siendo hora de que me marche a desayunar, puede que por aquí, con los mejores churros de Granada. Mientras, puedes descubrir otros secretos de la ciudad aquí mismo.

Nos vemos otro domingo cualquiera…